Quizá con un punto de furia, para no morir sin cicatrices, porque la simplicidad es elegancia, porque romper es la única estética. Moviéndose por impulsos, el salvaje dinamita tu pequeña mentira, obedece al alfa—nunca al rango corporativo, la libertad creativa su única jerarquía. El viento que anuncia una tormenta, la mirada perdida del soldado en el frente, angulas vivas en el plato, consumirte hasta la locura en una simple idea. Años de sangre y fuego, te espera un combate dentro de tu cabeza, dice el oráculo que Dios ha muerto, ¿dónde esconderás ahora tu consciencia? Instintivamente, perseguimos salario fijo y cortacésped, la oveja busca estabilidad, falsa seguridad de la hipoteca. Con anillo y sin trabajo, entiendes entonces que no existe similar concepto, nacemos libres y morimos solos, la mediocridad tu única herencia. «Odio mi trabajo pero viajo cuatro días low-cost por Indonesia». No te olvides de subir la foto en Instagram, el mundo quiere ponerle un corazón a tu vida perfecta. Divorcio, crisis existencial y Alfa Romeo a crédito, el olor del coche nuevo, felicidad material temporal de serie. Keeping up with the Joneses, monetizar inseguridades de la clase media. Buscas el respeto en un deportivo. Yo digo que es la autoridad moral, morir por un objetivo.
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