Si algún día desaparezco y decides buscarme, me podrías encontrar viviendo en BankSide o en Brighton tomando un flat white en Monocle Café, o corriendo por Castle Hill National Nature Reserve.
También me podrías encontrar viendo una puesta de sol en Regent’s Park, cenando en Buvette o viendo algún museo como el Tate Modern.
O quizás podría estar entrenando en algún box de CrossFit, comiendo Dim Sum en Yauatcha o tomando un coctel en Nuba Barcelona.
Si todavía no me has encontrado, búscame comiendo jamón en algún Enrique Tomás, tomando un cocktail en ME London o desayunando en The Breakfast Club.
Donde no me encontrarás es haciendo cola en un sitio abarrotado, ni en un todo incluido, ni con el codo pegado a una barra.
Tampoco me encontrarás lejos de la ciudad. Ni esperando a que me caiga del cielo una oportunidad. Y nunca dándome por vencido.